Ya ni siquiera a eso llego... antes, aunque de mala manera, tenia alguna razón para escribir algo y sentirme que estaba queriendo algo o a alguien?? En cierta forma soy victima de mí, yo soy mi verdugo y mi hacha es mi propia indiferencia.
Una piel de mil y un sentimientos y emociones pueden mimetizar perfectamente todo lo que uno se guarda, a tal grado de pasar desapercibidos. Pero tal vez solo es precaución: todo caerá por su propio peso... solo hay que ser paciente.
Mientras tanto tendre que seguir siendo (o queriendo ser) el cuenta cuentos urbano y alimentando esta extensión de mi persona.